LA MONTAÑA Y SUS TRADICIONES
La montaña ha modelado a las personas y éstas han modelado la montaña. Así las formas de vida ancestrales, y en buena parte las actuales, tienen que ver con el ciclo anual. Están íntimamente ligadas a él.
CARNAVALES MAYENCOS Y NAVATAS
En invierno es tiempo de resguardarse del frío junto al fuego del hogar. El sitio perfecto donde contar historias. Durante el invierno también hay ritos que llaman a la vuelta de la vida, a la primavera, como ocurre en el Carnaval de Bielsa.
Cuando el sol de primavera comienza a apretar, los bosques reverdecen y se funden las nieves. Es época de mayencos, (los rios bajan bravos, con más caudal) y navatas, antigua forma de transportar la madera de los bosques de la montaña para venderla en el llano.
PIRINEO, EL PASO DE PRIMAVERA A VERANO
Otras fiestas, no de agua sino de fuego, marcan el tránsito entre la primavera y el verano. En la noche del 23 de junio, distintos pueblos de la parte occidental de nuestro Pirineo celebran las Fallas, una forma de tributo al sol que a partir de ese día comienza su declive hasta el solsticio de invierno.
Es verano. El sol achicharra valles y prados. Es el momento de subir el ganado a los puertos. En Góriz, más de 4.000 ovejas pastarán hasta el otoño. El ganado vacuno del valle de Broto subirá por el puerto de Bernatuara para cruzar a la vertiente francesa, con pastos más húmedos.
También es el momento de disfrutar, donde la indumentaria, las celebraciones y la fiesta siempre van ligadas a la tradición.
LA MONTAÑA SE TRANSFIGURA, ES EL CICLO ANUAL
Pronto el sol tendrá menos fuerza.
Los bosques cambiarán de color y volverán el frío y la noche. Volverán el invierno y el blanco cubrirá la montaña. Es el ciclo anual.